Este próximo sábado seis de abril, a las 19,00 horas, se presentará en Montañana (Zaragoza) el libro Escribiendo esperanza, en el barrio de Iker. Contaremos con la presencia del músico Mario Iriarte acompañado por Irene Roche y los autores Pilar Aguarón, Chabi Angulo Ana Baquedano, Javier Castán, Anabel García, Eva Hinojosa, Fran Picón y David Rozas. La cita será en el Salón de Actos del Pabellón Deportivo de Montañana (C/ Mayor, 2) Os esperamos.
De izquierda a derecha: Alejandro López Gil, Javier Castán, Ricardo Usón, Marcos Callau y Ana Baquedano en la pasada presentación de Jasa. |
Por otro lado agradecer al pueblo de Jasa y muy especialmente al Bar Chasa, el hacernos sentir tan agradablemente arropados en la presentación del pasado día 30 de marzo donde, a pesar de haber vendido ya previamente suficientes ejemplares, se consiguieron vender otros veinte libros. Y agradecer a María y a Ricardo, la cena posterior y su hospitalidad. Muy especialmente quiero agradecer su participación a Alejandro López Gil quien dedicó un emocionado poema a Iker que, posteriormente, publicaremos en este blog. Ahora les dejo con un relato de Juan Risueño Lorente titulado Dar vida que también fue leído en la velada de Jasa
Alejandro López Gil, poeta de Jasa, leyendo el poema con el que participa en el libro "Escribiendo esperanza" |
Dar vida
Suena
el teléfono en la mesita del salón.
La
abuela que lleva toda la tarde mirándolo desde una habitación contigua, da un
respingo en el sillón.
Manolo,
su yerno, bajando las escaleras apaga el móvil y descuelga el auricular. Y dice
sin escuchar a nadie la frase de otras veces:
-Ah,
sí, ¿tu madre?, ya se pone.
Manolo
deja el auricular sobre la mesita y se dirige al dormitorio donde la abuela le
mira con ojos muy abiertos y una sonrisa de oreja a oreja. Le ayuda a
levantarse.
-Abuela,
vamos, te llama tu hijo.
-¿Mi
hijo? –exclama incrédula, aunque esperaba la llamada que su hija le había
asegurado que se produciría esta tarde.
Manolo
la sienta. Sus manos tiemblan al acercarlo al oído.
-¡Hijo
mío, ay, hijo mío! ¿cómo estás? ¡ay, cuánto tiempo sin verte…ya no podía más…!
-Ya
sabes que no puedo ir, mamá. Estoy en Barcelona con toda la familia…ganando
mucho dinero…
Manolo
la deja y sube al piso de arriba. Las risas de la abuela, los besos al
teléfono, su desbordante alegría, retumban por toda la casa. Manolo entra con
sigilo al dormitorio. Allí, Adelina, con un pañuelo en la boca imita como puede
la voz de su hermano.
© Juan Risueño Lorente
Jasa (Huesca) |
me maravilla la gente que puede estar en la soledad de escribir un libro
ResponderEliminarabrazos